Una vez más y como manda la ya tradición en nuestra antena, el pasado puente de la Constitución, seis de nuestros queridos y valientes socios pusieron rumbo al sur acompañados de un grupo de 49 Erasmus. El objetivo, descubrir y disfrutar de los secretos y encantos de Córdoba, Sevilla y Cádiz y ya de paso huir del característico frío de Zaragoza.
Pues bien, comenzamos la aventura con una larga, para algunos al menos, y comodísima noche de viaje en el bus. El esfuerzo merecería finalmente la pena eso sí. No asomaba todavía el sol por el horizonte cuando pusimos pie en Córdoba y fuimos a disfrutar de un necesario desayuno en nuestro apreciado bar Los Romerillos. Debe de ser el bar que abre más pronto en todo la ciudad. Como siempre, llenamos el bar y hubo momentos de risas viendo como los Erasmus trataban de entenderse con los camareros con la inestimable ayuda de Sara.
Con las pilas cargadas cruzamos el espectacular puente romano de la ciudad, utilizado para recrear la ciudad de Volantis en la ficción de Juego de tronos, y llegamos a la mezquita. Tras deslumbrarnos con la belleza e impresión de este maravilloso monumento, recorrimos las calles de la ciudad deteniéndonos entre otros puntos de interés en el Alcázar de los Reyes Cristianos, las caballerizas reales o los famosos patios cordobeses. Todo ello amenizado por nuestro guía e historiador Yago. Y cuando el sol alcanzaba el punto más alto, rumbo a Sevilla.
Tras un par de horas más en el bus llegamos al que iba a ser nuestro cuartel general durante el viaje. Allí, en el hostal, en pleno centro de Sevilla disfrutamos de una paella en la terraza del edificio con unas fantásticas vista de la Giralda destacando en el skyline de la ciudad. Tras ordenar un poco el equipaje y una pequeña siesta nos pusimos de nuevo en marcha. Pasamos la tarde recorriendo los lugares más representativos como el puente de Triana, la ribera del Guadalquivir y la Torre del Oro o la catedral, para acabar nuestro tour en la preciosa Plaza de España. Esta vez fue María la que nos contó todos los secretos que escondían estos lugares. Como no, el día no podía acabar sin un poco de fiesta, que tuvo lugar en koko, bar-discoteca situado en el parasol bastante próximo a nuestro hostal.
A la mañana siguiente, sin tiempo que perder, cogimos rápidamente algo para desayunar y nos dirigimos hacia los Reales Alcázares. Volvemos a sumergirnos en el universo de Juego de tronos esta vez viajando al reino de Dorne a través de los patios árabes y los inmensos y preciosos jardines de la fortaleza. Visita obligada para todo aquel que pase por la capital hispalense. Y tras concluir la visita, de nuevo al bus y dirección a la tacita de plata.
Unas pocas horas en Cádiz que nos permitieron disfrutar del típico pescadito frito y las tortitas de camarones y visitar el encantador casco histórico de la ciudad contemplando entre otros lugares la catedral o los castillos de Santa Catalina y San Sebastián. Más tarde, de nuevo en Sevilla, tras una agradable cena todos juntos y un poco de descanso, salimos una vez más a disfrutar de la noche sevillana esta vez en la discoteca Utopía.
La última mañana, tras unas pocas horas de tiempo libre que algunos aprovecharon para volver ver la catedral o la Plaza de España mientras otros dormíamos plácidamente, cargamos todos nuestras maletas, sí Javi, la tuya también, y emprendimos el viaje de vuelta. Y finalmente, tras un interminable regreso, cansados, pero sanos y salvos y habiendo disfrutado muchísimo, llegamos a nuestra querida Zaragoza y al calor del hogar.
Gran trabajo de nuestros organizadores: María, Sara, Gonzalo, Yago, Javier, Dani.